«Somos máquinas transmisoras de los genes egoístas que están en nosotros…» Con estas palabras, el ateo más famoso y popular de la actualidad, Richard Dawkins, en su libro «el gen egoísta», muestra la cruda realidad de lo que implica y a lo que en verdad conllevan las creencias ateas.

Si solo somos eso, y no hay nada de especial en nosotros, como el mismo dijera en una entrevista: «no hay fin ni propósito, bien o mal en el universo», no hay razón alguna para pensar que la vida es más especial que solo transmitir mis genes egoístas. Esta es la verdadera cara del ateísmo, aunque muchos no quieran vivir así o la quieran aceptar.

Con esto en mente, no hay razón para ser buenos o hacer el bien. No hay razón para obedecer las leyes ni obedecer a otro hombre igual que yo. No hay base para la moral, pues como mi fin único es transmitir los genes, aun un acto de violación no podría ser llamado como algo condenable, cuando lo que en verdad hago es transmitir mis genes.

El ateísmo es una filosofía sin esperanza.

Con doctrinas como estas, ya usted sabe porque Hitler y demás dictadores asesinos hicieron lo que hicieron, pues si la realidad es esta: la vida, en el ateísmo, no vale nada. Alguien diría: «espera, Hitler era cristiano». Sin discutir la veracidad de esto, imaginemos que sí. Pero, ¿esto implica que el cristianismo se identifica con lo que él hizo? ¡No! Que alguien llamado cristiano haga todo este mal en nombre de Cristo, es una cosa, pero ni un verso en La Biblia manda a hacer esto. La matanza cananea no es un mandato a todos los cristianos, es una orden a Israel, en un tiempo donde Dios castigo a ese pueblo a través de Israel, por las cosas abominables que hacían, como quemar a sus hijos. Es absurdo pensar que porque esto esté en La Biblia, es un mandato para todos los tiempos. Además, si fuera un mandato: ¿dónde está el pueblo de Canaán para poder hacer guerra con ellos?

Sin embargo, el ateísmo no se asemeja en nada al cristianismo, pues al contrario de las personas que en nombre de Cristo hacen atrocidades, cosa que La Biblia ni Dios manda; el ateísmo sí implica todo esto, pues como no hay algo que se pueda llamar malo o bueno en el ateísmo, puedo hacer esto y más, al final lo que importa es la transmisión de mis genes egoístas.

Por creencias como estas, es que hoy en la actualidad abundan suicidios en donde el afectado dice: «no ha propósito en la vida».

Sí, hay propósito en la vida, está en Dios.