La teología en este libro es muy rica. Lo que se muestra de Dios constituye una didáctica reveladora muy sustanciosa, a pesar de que se suele hacer más énfasis en el aspecto teológico de que el libro muestra a Dios teniendo compasión aun de las naciones fuera del pacto, lo que habla de que es un ser universal más que nacional, y su compasión escapa fuera de los limites nacionales del pueblo de Israel. No es que esto no se desprenda teológicamente del libro, pero justo con esto, hay más ilustraciones que ayudan a tener una comprensión teológica más rica y que viene a complementar con la compasión del Dios universal.
Sobre el enfoque de que el mensaje teológico del libro es la compasión de Dios a naciones fuera del pacto, Longman dice (Longman, 2007):
Como hemos visto, Jonás es un libro inusual en muchos sentidos. Una de las características más notorias del libro en su marco veterotestamentario es su actitud hacia los que no forman parte de la comunidad del pacto. No es sin duda algo sin precedentes que Dios muestre preocupación por los gentiles (Gn. 21:8-21; 2 R. 5), pero tampoco es un tema frecuente en el Antiguo Testamento.
No se arguye que este enfoque sea errado, sino que entender que esta es la teología del libro, única y exclusivamente, es cerrarse a todas las riquezas teológicas que se encuentran aquí. Como dice Young (Young, 1977):
El propósito fundamental del libro de Jonás no se encuentra en su enseñanza misionera o universalista.
Tal como menciona Young, este no es el propósito fundamental del libro. Esta enseñanza teológica sí está en el libro, pero girar toda la interpretación teológica entorno a esto limita apreciar todas las otras riquezas que se encuentran en él.
El mosaico teológico en Jonás
Para apreciar la verdadera enseñanza teológica en Jonás se debe entender el texto en su sentido correcto y su propósito dentro del canon, pues solo así se pueden recoger las perlas preciosas que se encuentran aquí. Con respecto a la incorrecta interpretación y cómo esta puede afectar el entendimiento teológico del libro, Andiñach dice (Andiñach P. , 2012):
Durante el siglo xix y comienzos del xx este libro fue utilizado para probar a los creyentes sobre su posible adscripción a una teología liberal o por el contrario a una teología que respetara la literalidad en la lectura del texto bíblico. Conservadores y progresistas preguntaban la opinión sobre la historia del pez que tragó a Jonás para ver si el probado la creía de manera literal o la asumía como una leyenda sin valor histórico. Desde una perspectiva hermenéutica ambas posturas fallan por buscar lo que no está y además hacerlo en el lugar equivocado. En el primer caso la lectura literal desconoce el género literario y pierde la posibilidad de indagar el sentido profundo de la teología de Jonás, que no consiste en creer en que se puede vivir dentro de un pez sino en resaltar el dominio de Dios sobre todo lo creado. Los segundos evitan la superficialidad de la lectura literal, pero desmerecen el valor simbólico de la narración al someterla a un filtro racional. Que no sea una historia real no le quita realismo y menos aún el carácter de indagar en lo más concreto del espíritu humano y su relación con Dios.
En ese sentido, la correcta interpretación del libro, y su propósito fundamental, tanto en sus paginas como en el canon, permiten adquirir las siguientes verdades teológicas:
- Los pecadores, sin importar su nacionalidad, pueden convertirse a Dios.
- La misericordia de Dios y su justicia trascienden cualquier valoración personal sobre las personas y situaciones: los juicios humanos pueden estar muy distanciados del pensamiento, voluntad y propósitos de Dios.
- Los extranjeros pueden ser más piados y ser más y mejor escuchados que los mismos israelitas.
- Dios, lejos de buscar el castigo del pecador, hace todo lo posible por rescatarlo.
Con respecto al punto 1, se tiene que Walton no considera que la conversión de Nínive fue una total conversión al yavismo. Él dice (Vanhoozer, 2008):
Algunos consideran a Jonás como la historia de una conversión notable de Nínive pagana a la verdadera fe en Dios, y se centran en lo que Nínive aprendió. Sin embargo, la evidencia de una conversión al verdadero yavismo es difícil de encontrar en el texto. Incuestionablemente, se arrepienten de “sus malos caminos”. Pero no hay mención de volverse a Yahvé, ser instruido acerca del pacto, o desechar a sus otros dioses. La descripción de su creencia indica sólo que creyeron lo que Dios había dicho a través de Jonás acerca de su inminente fatalidad (traducción mía).
Aun esto sea cierto, esto no quita el hecho de que los de Nínive respondieron en arrepentimiento al mensaje enviado por Dios y esto es de suma importancia dentro de la narrativa y el contexto canónico del libro. Esto lleva a mencionar el tercer punto, y es que aquí hay un mensaje asombroso para Israel y otra gran verdad teológica: a pesar de las advertencias de juicio, Dios está dispuesto a perdonar y retraerse del mismo si le responden al llamado con arrepentimiento. Walton sigue diciendo al respecto (Vanhoozer, 2008):
El libro de Jonás ilustra que el arrepentimiento era una respuesta adecuada y aceptable, e incluso podría hacer retroceder el juicio. Funcionó incluso para la ingenua, perversa y pagana Nínive. Cuando Israel se enfrentó a tales advertencias, este modelo de respuesta sugiere que incluso a la sombra de condenación pronunciada, el arrepentimiento puede traer misericordia. Por lo tanto, se vuelve importante reconocer la respuesta de los ninivitas como superficial y desinformada. El libro es contando con ese contraste para recalcar el punto de que la respuesta de Israel, pueblo del pacto de Dios, seguramente podría obtener una compasión similar de Dios.
Young agrega unos comentarios en esta misma linea (Young, 1977):
Además, esta experiencia de Jonás poseía un valor didáctico extraordinario para los israelitas de su día. A Jonás, un israelita, se le echó al mar, y se le libertó para que pudiera cumplir con su misión. Así mismo, la nación, debido a su desobediencia, tenía que pasar por medio de las aguas de la aflicción, para que un residuo pudiera regresar a cumplir con la misión de Israel en el mundo.
El ministerio de Jonás sirve también para indicar el carácter rebelde y terco de los israelitas. Muchos profetas se habían levantado y la nación no se había arrepentido, pero cuando Nínive escuchó las palabras de un profeta, se arrepintió en saco y ceniza.
De hecho, dentro de su mismo propósito canónico, Jonás y su terquedad viene a ser una representación de los israelitas tercos que no escuchan el llamado de advertencia por parte de Dios. Los de Nínive fueron mejores receptores a la advertencia que el pueblo del pacto. Esto es un llamado para aquel entonces y para el pueblo moderno de Dios: la iglesia. El mismo Jesús hizo una comparación entre la terquedad del pueblo al que le predicaba en aquel entonces y la receptividad de Nínive al mensaje de Jonás (Mateo 12:40-41).
La cuarta verdad teológica debió ser el objetivo para entender el ministerio que debía realizar Israel: llevar la bendición de Dios a todas las naciones. Hess se hace eco de esto (Hess, 2016):
La teología de Jonás proclama la misión universal del pueblo de Dios de llevar su bendición para todas las naciones del mundo (Génesis. 12:1-3). Esto lo experimenta un profeta a quien se le ordena dejar su patria y predicar a un enemigo, con la esperanza de que se arrepientan y hallen la vida (traducción mía).
De la misma manera, Young ve esto en el libro de Jonás (Young, 1977):
Por último, la misión de Jonás sirve para hacerles ver a los Israelitas el hecho de que la salvación de Jehová no era exclusiva para una nación. Israel era el siervo que había de llevar el conocimiento de Jehová al mundo.
Entonces, las verdades teológicas que se desprenden de la narrativa son más que la de la forma de verla exclusivamente como haciendo referencia del Dios compasivo y universal. Esto está presente, claro que sí, pero visto el mosaico completo, todo esto es más enriquecedor. Aunque algunos, como John H Walton, no ven una conversión total a Yahvé, dentro del propósito narrativo del libro esto tiene sentido y sigue enseñando que un pueblo que no es del pacto es más receptivo al mensaje de advertencia por parte de Yahvé, y que, si él tuvo misericordia de ellos, ¿no la tendrá del pueblo del pacto? El pueblo del pacto debe recordar su misión y no ser tan obstinado y terco como Jonás, que a pesar de saber que Dios era quien le hablaba, decidió no hacerle caso a su voz. La vida misma de Jonás y su accionar, como israelita, es una representación del pueblo de Israel y su situación y condición en ese momento ante Dios.
Perspectiva teológica neotestamentaria
Fuera de la mención directa de algún pasaje o relato de Jonás en el nuevo testamento (anteriormente se habló de cómo Jesús dice que los de Nínive fueron más receptivos a su mensaje que el Israel del siglo I), existen alusiones más profundas que impactan la teología neotestamentaria, con mayor énfasis en la cristología. De forma indirecta se alude al Dios universal que es compasivo con los que no forman parte del pueblo del pacto en Juan 1:6-14. De hecho, la misión de Cristo fue más allá de las fronteras y limites de Israel. Así como Dios tuvo compasión de los no israelitas, su compasión alcanza su plenitud en Cristo y su obra redentora en la cruz del calvario. Longman lo dice de la siguiente manera (Longman, 2007):
El Nuevo Testamento, desde luego, proclama que los gentiles pueden acudir a Dios y formar parte del pueblo del pacto. Jesucristo fue enviado al mundo, y no solo a Israel.
Pero algo aún mas importante es lo que Cristo dice sobre la señal que él ofrecerá a esta generación, y dice que dicha señal es la de Jonás (Mateo 12:38-45). Esta comparación dicha por el mismo Cristo es de vital importancia para que se pueda apreciar el enlace teológico entre ambos. Young lo ilustra de la siguiente manera (Young, 1977):
Este es más bien el mostrar que el hecho que Jonás fue tirado a las profundidades del Seol y aún sacado vivo, es una ilustración de la muerte del Mesías por pecados que no eran los suyos y de la resurrección del Mesías. Jonás era un israelita y siervo de Jehová, y se le permitió tener esta experiencia debido a los pecados de las naciones (Nínive). El Mesías era el Israelita y el verdadero Siervo de Jehová, cuya muerte fue producida por los pecados del mundo.
“Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación, y la condenarán, porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; y he aquí más que Jonás en este lugar” (Mat. 12:40, 41). Así entonces la experiencia de Jonás tiene como propósito básico el indicar hacia la experiencia de Aquel que era “más que Jonás”.
Aunque ciertamente, y de forma directa, lo que le pasaba a Jonás no fue porque Nínive estaba en pecado sino por elegir no hacer lo que Dios quería con respecto a Nínive, indirectamente sí tiene que ver por el hecho de que si no fuera por los pecados de ellos ni siquiera existiría dicho llamamiento que terminó con estos desenlaces. El contraste real es que Cristo en su obediencia sí tuvo que pasar por las vicisitudes que implicaban la misión que tenia que tratar con los pecados que él no cometió sino otros. La analogía de Young tiene su mejor entendimiento de forma indirecta. Lo que sí es cierto, directamente, es que, así como Jonás estuvo en esa condición dentro del gran pez para luego salir, así estaría Cristo, y es lo que él mismo hace mención.
La señal de Jonás fue dada. Este al salir del pez predicó para arrepentimiento y tuvo un resultado. Cristo salió victorioso de la muerte con su resurrección en gloria, lo que se debe seguir es una respuesta de arrepentimiento. Por esto es la comparación teológica en ambos casos.
Bibliografía
Andiñach, P. (2012). Introducción hermenéutica al Antiguo Testamento. Estrella (Navarra), España: Verbo Divino.
Hess, R. S. (2016). The Old Testament a historical, theological and critical introduction. Grand Rapids, MI: Baker academic.
Longman, T. (2007). Introducción al Antiguo Testamento. Libros desafios.
Vanhoozer, K. J. (2008). Theological interpretation of the old testament. Grand rapids, MI: Baker academic.
Young, E. J. (1977). Una introducción al Antiguo Testamento. Grand Rapid, Michigan: Eerdmans Publishing.
