Josue 7:12 Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué hemos perdido? ¿Por qué tuvimos que correr de delante de nuestros enemigos cuando Dios, el Todopoderoso, pelea por nosotros en las batallas? ¿Acaso los dioses de Hai son más poderosos que el mismo YHVH? Estas preguntas, que suenan a alguien en la actualidad haciéndoselas a manera de reflexión, son las que se hicieron los hebreos ante esta derrota.
YHVH, el mismo que los había sacado de Egipto, había vencido a faraón, una deidad en la tierra; y si esto no fuera poco, a los dioses egipcios, ahora había caído ante las deidades de Hai. O por lo menos, eso era lo que aparentaba. En la antigüedad, las guerras entre pueblos no eran simplemente entre personas, sino entre deidades. Israel no luchaba solo, YHVH luchaba con ellos y contra las naciones enemigas y sus deidades. Así era que lo veía un hebreo antiguo.
Con esta caída, ¿habían encontrado alguna deidad mayor y más fuerte que YHVH? Este pensamiento era lo más racional. Pero, es uno que está errado. Los hebreos ignoraban algo que pasó. Había quebrantado la ordenanza de YHVH y por eso su favor de había apartado de ellos. Uno de los hebreos tomó del anatema, y esto provocó que la razón por la cuál eran invencibles, ahora los dejara a su suerte.
La respuesta de YHVH vino en seguida cuando Josué viene humillado ante él: no podrán hacerles frente a sus enemigos mientras violenten mis ordenanzas. No es que allá alguna deidad más fuerte que YHVH, es que YHVH no era quien peleaba a su favor, eran ellos mismos. Y, por esta razón, Hai seguiría ganando.
Hai seguirá ganando mientras seas tú quien pelee la batalla. Hai seguirá ganado mientras seas tú que decidas hacer las cosas según tu criterio y parecer, y no el de Dios. Hai seguirá ganando mientras creas que puedes obtener el favor de Dios en tu vida haciendo las cosas contrarias a su voluntad y a sus designios. No es que Dios se ha alejado, es que tú no me permites que esté cerca cuando las condiciones son: sea mi voluntad, y no la de Él. Nunca hubo ni habrá una forma, método o manera de hacer las cosas y que salgan bien, sin Dios. No hay un mundo posible donde en la ecuación de la victoria y el éxito Dios esté excluido. Así que no lo sigas intentando, porque a tu manera, y no a la manera de él, Hai siempre, siempre, seguirá ganando.
