Lo que dice la Biblia no es, necesariamente, lo que se lee literalmente

Por alguna idea errada, tal vez por convención literaria moderna o por alguna otra suposición, estamos asumiendo que para obtener el significado real de un texto o entender el lo que este quiere decir es a través de una lectura totalmente literal. Esto es un error. Una lectura literal no siempre significa leer el texto correctamente o entender su significado correctamente, esto no siempre implica aborda la intención de este en lo que se conoce como el enfoque del dentro del texto (texto coherente, narrativa). Solo la forma correcta de leer es lo que nos va a permitir entender la intención el autor con su composición y lo que este quiere decir a través de su escrito. Pero, esto no siempre significa, o tiene que ver, con una comprensión literal.

Ya pasando a casos prácticos de la Biblia, podemos ver, por ejemplo, uno que siempre me ha gustado usar. Jesús dice que el que no odia a su padre y a su madre no es digno de él. Una lectura literalista de esto nos haría entender que el autor realmente quiere decir que Jesús espera que tengamos un odio real por nuestros padres. ¿Esto es realmente así? Claro que no. de hecho, esto traería conflictos reales con otros escenarios donde Jesús dice lo contrario (esto es leyendo desde un enfoque literalista). Un enfoque desde dentro del texto nos haría buscar la intención redaccional del autor desde un enfoque del texto coherente, su narrativa, etc. En este caso, podemos ver que la intención era mostrar la relevancia de Jesús y seguirlo, como prioridad sobre todas las cosas. Además de esto, si entendemos la expresión dentro de su realidad sociocultural, Jesús está usando una forma de expresión de la época para decir que a él hay que amarlo más que a todo lo demás. Esto forma sigue la estructura “amarme a mí odiar a otro”. Con esto dicho, se entiende que no se habla de odiar literalmente a alguien, sino que era la forma de decir que se ama más a una persona que a otra. Otro ejemplo bíblico sería: A Jacob amé más a Esaú aborrecí. Esta expresión, si se es tomada literalmente, haría perder el sentido real del uso de esta. Esta es la razón principal para comenzar a entender que una lectura literal de la Biblia no siempre significa entender el significado de esta. El lenguaje tiene formas, expresiones idiomáticas, figuras, etc., y sería, y de hecho lo es, un error garrafal entender y estar conscientes de que esto existe como una verdad omnipresente, pero en el caso de la biblia, no, aquí hay que ser literalista. De hecho, lo más gracioso del caso es que un enfoque literalista del texto no es algo bíblico. De hecho, la biblia no dice por ningún lado cómo debe ser leída y bajo qué enfoque. Así que no sé por qué se cree que el sentido literal es la forma bíblica. Ojo, no estoy abogando por un método de interpretación, estoy diciendo que es un error creer que lo que la biblia dice es la literalidad del texto. No. Lo que realmente dice, lo que realmente podemos saber y conocer que dice, es cuando entendemos cada expresión o porción en su genero y dentro de su contexto sociocultural e idiosincrasia idiomática. Solo de esta manera podemos tomar las informaciones que se brindan. Aun para los que vemos en el texto una fuente de autoridad, solo leyendo de esta manera, o con este enfoque, es que estaríamos respetando verdaderamente la autoridad de este pues estaríamos entendiendo, o tratando de comprender, lo que realmente quiere decirnos el mismo.

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