¿El libro de génesis fue escrito producto de un plagio de mitos sumerios, babilónicos y/o egipcios?: el método usado por los académicos para determinar los plagios

¡Dios les bendiga!

En esta tercera entrega de nuestra serie quiero dar a conocer los pasos metodológicos que existen para concluir que un texto es un plagio de otro texto. Los académicos en esta área han trabajado este método y es el que utilizan. Si queremos saber si génesis es un libro plagiado es necesario que utilicemos este método, pues de lo contrario nuestra conclusión no será solida sino parcial y subjetiva.

En nuestra entrega pasada concluimos que el consenso actual de expertos asiriólogos no ve en génesis el plagio que antes se pregonaba en la década del 1900. Muchas son las razones para esto. Concluimos que la dependencia entre los textos es vista más en términos de marco o en términos de una apología negativa (para refutar las cosmogonías paganas). Pero nunca se habla de que el autor del génesis tenía una copia al lado suyo de los textos de donde copió al momento de escribir su libro, ni que tenía esta historia en la mente para adaptarla a su visión. Esta idea es por si absurda, porque la creencia pop en este tema es que existía una cosmogonía estándar, pero ese no es el caso, existían varias, y una no era más popular que otra. Todavía si alguien quiere establecer los plagios fuertes de la postura maximalista, debe explicar por qué se escogieron ciertas cosmogonías en lugar de otras. Pero esto no es lo mejor. Si se sostiene la hipótesis JEPD (refutada hasta el cansancio y resucitada solo en círculos menores) surge el problema de explicar cómo trozos de diferentes fuentes encajan tan bien como para producir un texto plagiado que muestra una unidad integra con relación al texto de donde se plagió, a pesar de ser fuentes diferentes. Esta idea es milagrosa por sí misma.

¿Cuál es la metodología usada para establecer plagios?

Los criterios a ser expuestos son el resultado del trabajo realizado por Walter Burkert, Charles Penglase y ML West (estudiosos de los clásicos, en los que se incluía el griego) en la influencia semítica en el griego. Ellos determinaron los pasos a seguir para concluir plagios.

Walter Burkert nos dice (Burker, 1992):

Desde el descubrimiento de las epopeyas acadias y de Gilgamesh, no han faltado asociaciones entre los motivos en estos y en las epopeyas homéricas, especialmente en la Odisea. Estos motivos pueden destacarse y utilizarse para sorprender, pero no para demostrar nada. Aproximadamente los mismos motivos y temas se encontrarán en todas partes. En lugar de los motivos individuales, por lo tanto, debemos enfocarnos en estructuras más complejas, donde la mera coincidencia es menos probable: un sistema de deidades y una idea cosmológica básica, la estructura narrativa de toda su escena, decretos de los dioses sobre la humanidad, o una configuración muy especial de ataques y defensas. Una vez que se ha establecido el vínculo histórico el hecho de la transmisión se vuelve más probable, las conexiones adicionales, incluidos los préstamos lingüísticos, incluso si estos por sí solos no son suficientes para llevar la carga de la prueba.

ML West dice (West, 1997):

Puedo anticipar al menos dos posibles líneas de crítica que pueden emplearse contra mi trabajo. Una sería que, al enfatizar las similitudes y los paralelos, he ignorado las grandes diferencias entre las literaturas griegas y del Cercano Oriente… mi respuesta será que por supuesto, la literatura griega tiene su propio carácter, sus propias tradiciones y convenciones, y el contraste que puede establecerse entre ella y cualquiera de las literaturas orientales puede ser mucho mayor que las características comunes. Si alguien quiere escribir otro libro y señalarlo, yo no debería tener ninguna objeción… Pero incluso si fuera diez veces más grande que el mío (¡más de 600 páginas!), no disminuiría el significado de las imágenes, porque son demasiado numerosas y demasiado sorprendentes como para ponerlas al azar… 

Charles Penglase nos dice (Penglase, 1994):

Palabras difíciles y peligrosas son las que describen el estudio de la influencia mesopotámica en los mitos griegos, y un método apropiado es esencial. Para establecer la influencia, o al menos la probabilidad de influencia, hay dos pasos principales. Primero, es necesario establecer la historia. Posibilidad de influencia, y luego los paralelos entre los mitos de las áreas deben cumplir con un conjunto suficientemente riguroso de criterios relevantes

El segundo paso del método es demostrar la existencia de paralelos de la naturaleza correcta entre el material literario mesopotámico y griego. Los paralelos deben tener cualidades que se ajusten a un conjunto adecuado de criterios para indicar la influencia o su probabilidad.

Es muy fácil correr con entusiasmo después de encontrar paralelos superficiales que realmente no pueden sostenerse bajo un escrutinio más cercano. En consecuencia, los paralelos deben tener ideas similares subyacentes a ellos y, segundo, cualquier sugerencia de influencia requiere que los paralelos sean numerosos, complejos y detallados, con un uso conceptual similar e, idealmente, deben apuntar a un mito o un grupo de mitos relacionados específicamente en Mesopotamia. Por último, los paralelos y sus ideas subyacentes similares deben incluir características centrales en el material a ser comparado. Sólo entonces, se puede afirmar un reclamo más fuerte que uno de mera coincidencia que sea digno de una seria consideración…

Haciendo un breve comentario sobre todo esto podemos decir que las semejanzas leves, por ejemplo, en que en génesis hay un jardín del Edén como en relato del Dilmún de Enki; no es prueba de plagio. Tenemos que entender que la inferencia de plagio debe ser la mejor explicación, no una de tantas. Para concluir que hay plagios, no debe existir otra explicación posible o mejor que la de los plagios. Si la hay, debemos descartar la existencia de los mismos.

Los autores anteriores nos ofrecen algunos ejemplos que no pueden ser explicados más allá del plagio:

  • West (West, 1997) da el ejemplo del lenguaje semítico expresado en el texto narrativo griego: totalmente inexplicable, aparte del préstamo.
  • Burkert (Burker, 1992) da el ejemplo de la mención de Tetis (como esposa de Océano, en Homero), como una traducción de Tiamat (como esposa de Apsu, en Enuma Elish): Tetis nunca aparece en toda la mitología en ningún otro lugar; lo cual solo se explica como un remanente narrativo de una estructura narrativa prestada.
  • Penglase (Penglase, 1994) da los ejemplos de resúmenes condensados de grandes complejos míticos (que implican familiaridad con el lector) y de combinaciones de motivos / ideas subyacentes aplicadas en nuevos contextos sin problemas, en Hesíodo y Homero.
  • Puhvel (Puhvel, 1987) presenta las escenas paralelas de Tifón en el mar (Nonnos) y Ullikummi (mito hitita), en las cuales numerosos detalles visuales y arreglos espaciales se describen en términos similares, en un contexto narrativo similar y en una secuencia similar.

Con todo esto dicho podemos enumerar algunos principios útiles para nuestro trabajo. Estos son:

  1. La similitud de los motivos generales no es suficiente para probar nada; debemos tener estructuras complejas (por ejemplo, sistema de deidades, estructura narrativa).
  2. Idealmente, deberíamos establecer el vínculo histórico primero, antes de buscar préstamos o plagios.
  3. Las diferencias entre estructuras / historias / complejos no refutan la influencia, siempre que los paralelismos sean demasiado numerosos y demasiado llamativos.
  4. Los paralelos deben ser sorprendentes (es decir, inesperados, extraños, difíciles de explicar).
  5. Algunos o muchos paralelos superficiales (es decir, idénticos en la superficie) no prueban nada.
  6. Los paralelos que pueden usarse para apoyar la posibilidad de influencia deben ser numerosos.
  7. Los paralelos que pueden usarse para apoyar la posibilidad de influencia deben ser complejos (es decir, con múltiples partes e interrelacionados).
  8. Los paralelos que pueden usarse para apoyar la posibilidad de influencia deben ser detallados.
  9. Los detalles en supuestos paralelos deben tener el mismo uso conceptual reflejado en ellos (por ejemplo, deben usarse con el mismo significado).
  10. Los paralelos deben tener las mismas ideas subyacentes.
  11. Las ideas similares en supuestos paralelos deben ser características centrales en el material, y no solo elementos aislados o periféricos.
  12. Los detalles que son completamente inesperados (hasta el punto de ser inexplicables aparte de los préstamos) son pruebas sólidas para los plagios.
  13. Los detalles que son casi irrelevantes para el nuevo contexto, pero que tienen una función en el contexto antiguo son una evidencia sólida para los préstamos.

Con estos 13 principios podremos establecer si hay o no plagios. Recuérdelos bien, pues los usaremos cuando comencemos a ver texto por texto en busca de las evidencia de plagios.

Una nota muy importante llegados a este punto es que tenemos que saber que aun con evidencia de préstamos fuertes, todavía podrían existir dudas considerables sobre si hay o no plagios. Mark Morford y Robert Lenardon (Lenardon, 1999) nos dicen:

El mito de la castración de Urano por Cronos se entiende mejor si lo comparamos con el mito hitita de Kumarbi, en el cual se traga los genitales de Anu… La estructura de este cuento es la misma que la de Cronos… Si las influencias directas pueden ser probadas (y los estudiosos no están de acuerdo con este punto), las similitudes estructurales, por lo menos, muestran como los mitos griegos deben ser estudiados a la luz de otras culturas.

El punto aquí con esto es que aun teniendo paralelismos fuertes, pues la historia es la misma en el relato hitita como en el griego, esto por sí solo no muestra nada, pues aun en este caso los estudiosos no están de acuerdo. Si no podemos llegar a una explicación histórica que explique cómo ocurrió el plagio y que los mismos no pueden ser explicados fuera de ello, no podemos concluir nada. La idea del pambabilonialismo puede ser plausible, pero otra idea podría ser mejor que esta y explicaría satisfactoriamente el hecho de que existan relatos cosmogónicos en culturas americanas: testigos oculares o recibidores de una tradición en común a todos.

El pambabilonialismo queda corto a la hora de explicar la existencia de relatos de la creación y el diluvio que existen en países como los de Cuba. A la luz de esta escuela tendríamos aún más interrogantes que la de proponer que todos estos relatos se deben a una herencia común y no un plagio. Con una explicación con mayor alcance, estos supuestos paralelismo hacen que la propuesta de plagio pierda fuerza.

Conclusión

Semejanzas superficiales y vagas no prueban la existencia de plagios o préstamos. Necesitamos satisfacer más criterios que se hacen cada vez más complejos. Incluso, como vimos, préstamos fuertes no prueban nada por sí solo. Dicho todo esto, sería bueno ver la evidencia que la cultura pop (que sostiene esta idea de plagio) ofrece para concluir los préstamos. Sería bueno preguntar si usaron el método establecido por los estudiosos o si simplemente se basan en paralelos superficiales, inevitables de usar debido al marco del texto a escribir. Si sus evidencias se deben a este tipo, entonces no es prueba de nada, pues si 2 culturas van a narrar sus orígenes desde cero, es inevitable que usen palabras y elementos comunes, como que no había nada o había algo. Solo porque coincidan en esto, no quiere decir que una plagio de la otra.

Bibliografía

Burker, W. (1992). The Orientalizing Revolution: Near Eastern Influence on Greek Culture in the Early Archaic Age. Harvard.

Lenardon, M. M. (1999). Classical Mythology (6th ed), Mark Morford and Robert Lenardon. Longman.

Penglase, C. (1994). Greek Myths and Mesopotamia: Parallels and Influence in the Homeric Hymns and Hesiod. Routledge.

Puhvel, J. (1987). Comparative Mythology. Johns Hopkins.

West, M. (1997). The East Face of Helicon: West Asiatic Elements in Greek Poetry and Myth. Clarendon: Oxford.